Hablemos entonces de otra muerte,
de otro día después
en que inocente
expira el pájaro en sus alas
el ciervo en su cornada,
el viejo en suaves sombras
más acá de los párpados.
La Otra Muerte
Y hablemos de aquello que sobre todo
habría podido dar a luz a Dios
con la pasión de un escultor de abismos
con la entrega del ángel cuyo mensaje inicial
es el asombro de que el asombro exista.
Y hablemos de cómo la compasión se abrevia
En la ternura de dos brazos humanos
De las cunas que tiende la hierva entre los suelos
que muerden su angustia de soledad sin sombra
Hablemos, sí de que han hecho los hombres
con el vientre lunar
Y qué ha sido de la nutriente que fluye del Edén
cuando se adueña el vértigo del cielo.
Hasta donde han teñido de dolor el hechizo
para dar a luz un ángel extinguido,
Una domesticada aldea de “Carontes”
cuyas barcas camufladas
Vuelven siempre hacia el Hades
Y hablemos del placer de ensangrentar los astros
de abrir los corazones con deslumbrados goces:
La lujuria de Midas
sobre el campo inocente
que daba a luz un trigo
Más de oro que el oro por leve y por flexible.
De qué están hechos los sacerdotes de los templos
donde no quiso entrar Judas,
ni aun en la traición se pudo tanto.
Es mayor este mirar que nubla la mirada
Esta mirada donde bosteza el hombre
viendo como el campo ensangrentado de los siglos
se entretiene enumerando un horror que llama: Historia.
Pero es sólo un concierto detenido en la memoria
donde aún gime la individual tortura,
numerada en millones, acallada en el tiempo
por un siniestro malabarista que pone al pecado
el nombre de “evolución histórica,”
y a la ruindad el mote de “fiel determinismo”.
Hablemos entonces de otra muerte,
de otro día después en que inocente
expira el pájaro en sus alas
el ciervo en su cornada,
el viejo en suaves sombras
más acá de los párpados.
Es tiempo de que callen los sofistas
y le den al silencio la palabra.
Consumatum est.
Consumado es...podría decirse
Y qué del inquieto fluir
puede darse por íntegro
qué acaba de besar lo inmensurable
Quién puede sosegar un dolor tan antiguo
que no tiene en pendiente
un recuerdo de inicio.
Qué caída se escarcha
en el fondo y se aquieta.
Qué floración se ofrenda
acotada en un ramo.
Qué acaba después
que la leyenda agota
la instancia tan pobre
de la anécdota.
In consumada la existencia se aturde
de tanto ser naciente.
De tanta inconsistencia
se sumergen los suelos
inmolándose en nombre
de iniciales paisajes.
Lo que ha muerto se fuga
en nuevo albor y polvo
dando a luz constelaciones imprevistas.
No hay fin desde la vaga polvareda
Que levanta la nueva incertidumbre.
Inminencia
El infierno se anuncia como inminencia
de una fiel pesadilla.
La mañana enumera los límites del alma
y uno por uno ignora los canales
que hicieron posible nuestra hondura
Un “Ícaro” infinito se derrite
en el sol de una cordura ajena.
Y todo nos dice sin embargo
que es bueno para el mundo
que amanezca.
Arquitecto del tiempo
Arquitecto del tiempo pusiste la simiente
del verdadero infierno.
¿De que hora a que hora se enreja una pasión
una fábula infantil, una caricia?
¿Y en que mes ha de arder
por cuanto tiempo la fosa del dolor
que agota el bálsamo?
¿Y cuando ha de calmarse el vendaval de fuego
si arde infinita su furia en las alturas?
Un siniestro cronómetro que detalla los límites
ha dejado el fluir en una Ciénaga.
Una santa cuadrícula
Una santa cuadrícula que enreja
con mitología de minutos lo que nace
ha construido como Dante en sus círculos
el mesurado infierno de los días.
Podría haber sido de otro modo:
La angelical penumbra
sembrando el paraíso
en lo inconmensurable del latido.
Pero fue necesario poder medirlo todo.
Y el hombre puso al fluir en una copa.
Y sólo dejó libre al cruel Leteo.
El Último infierno
Este es el último infierno
Afortunadamente no habrá otro bajo la luz del sol.
Es bello comprender que nimio es al fin todo
qué frágil cada imagen se teje y se disgrega-
Llegado el fin ¿importa haber sido feliz?
Decir:” He transitado las luces de la fábula
donde danza frenético de soberbia y de vértigo
el enfermo festín de las consagraciones”
Me impulso hacia un lugar donde los huesos
en polvo repartido se redimen
como espíritus del aire y nos relatan
lo efímero y cruel que ha sido el ciclo
entre la fecha inicial y el epitafio.
Llegado el fin
¿que importa ya esta máscara
con que visto mis galas de humanidad
probada y sustantiva?
diciéndome que allí donde mutó mí especie
un arco de dolor tronchó la tierra
Hoy es poco el abismo
cuando abunda el estigma:
El jardín de las rosas de Esperpento,
y la azul osadía de haber nacido en verbo
más que en carne.
Que me perdonen los buenos asesores
de la vida en minúsculas
los cándidos que proveen los consuelos
del reino de los cielos.
A los dueños del dolor y del alivio
les pido me eximan de favores
La vida reclama libertad sobre si misma
No hay superior ventura para los condenados
No existe mayor ternura
que el libre ritual que nos hacemos
En el preámbulo de nuestra ausencia próxima.
Mira el paraíso estuvo siempre aquí:
En aquel cielo de lluvia que te hería,
en la suave cortina que la primavera engloba
en brisas de la tarde.
Estuvo aquí mirándome con ojos suplicantes
en un cuadrito de niñas y palomas
en las vetas del antiguo tablón de mi algarrobo
doblegado en biblioteca y lecho.
Así la cueva se repite en la penumbra
de una casa crepuscular que hoy calla
por respeto al dialogante de si mismo.
Una casa es siempre el refugio entrañable
en que ansiamos morir
como al útero mas tibio en los albores
volver quiere el naciente.
Y tornan desgarrante a consolarnos
todas las formas familiares, desprendidas.
Nos dicen mudamente que ya no las veremos
Y lloran este olvido prematuro
de quien las ha soñado tantos años:
Un jarrón, una pluma, una baldosa
que se abisma en su arabesco
cuando nadie la mira.
Contempla la ternura real del universo.
Es tan simple en existencias que has amado.
Todo está escrito en ella, tu inicio y tu epitafio:
Esa frase final que no dirán los otros.
Ama que el día sólo tiene un preámbulo
Y un pausado crepúsculo que te invita a dormir.
Y duerme sin temor como el recién nacido.
No temas... que el infierno no está del otro lado.