Cuando hubo el horizonte
Hubo la cuna
Cuando el niño bostezó
sobre la tierra
y en brisas de arrullos
se acunaba el refugio de la amante
que amaba y no sabia.
Cuando la piedra no era excusa para el muro
Ni las chispas del las ramas mas que chispas
Y en la casa de la noche iba la luna
A mecer el asombro de los sueños
Entonces hubo el tiempo
La tempestad silvestre y el cobijo
La fruta abierta al goce
La sed colmaba siempre en su inocencia
Los ídolos del miedo
no habitaban el siglo del asombro
Hubieron de suceder demasiados relámpagos
demasiados temblores bajo la hierva suave
demasiado caer en inverso sentido.
Aquel día extraviado
de equivocar el suelo
tangible en las alturas
de la angustia
el equivoco inicial de la mirada
Lo inmenso y lo pequeño
Esa fatal medida.
Y murió el primer templo
con los primeros muros
Y la primera síntesis
Y el sueño metafísico
Las frutas mezquinaron
las bocas poseídas
nacientes de palabras
El agua fue una ofrenda
venerada y confusa
Y callaron las cunas
y los lechos silvestres
Y las chispas se unieron
en un doliente fuego. .
Crepitando bajo un ídolo de piedra
Entonces fue otro el templo.
Talló el temor sus ídolos
Dieron culpa sus leyes
Y la ambición sus cúpulas.
...............
Coro
Mira la caída
De lo que más amabas
El cántaro vació su agua en vino
Y del vino a la sangre
el sacrificio inútil:
Las bodas de Canaán
Danzaron junto al Gólgota
Que has hecho de tu cuerpo
Minúsculo de vida
Atrapado en la lujuria
que desangra al deseo
Castidad en inverso
Durmiendo junto al lecho
del Santo Inquisidor
¿Que harás ahora que sabes
que medida hay en todo
y tu línea de fuego entre dos nadas
te reclama e l olvido de la precisa vara
con que la historia dio a luz a la desdicha?
QUE SUEÑAN LOS REBELDES
¿Qué sueñan los rebeldes
En su confinamiento de utopías
Qué templo ha de elevarse
En esta oscuridad
¿Donde el poeta es mensajero
del silencio?
Morir de muerte propia
Danzar la redundancia
Del límpido aquelarre
Que bendice al fetiche
Ensimismar el ser
A la gloriosa angustia
Arder en soledad
El simultáneo infierno
Del ser y la conciencia.
Por que muere el poeta
Si ayer fue primavera
Y a l dar la cinco en punto
Volverá el sol naciente.
TENGO LOS DÍAS CONTADOS
Tengo los días contados
por las antiguas cuentas de un rosario
de dioses redundantes
Cada Av que naufraga en mis manos
Como inocente lluvia de cenizas
AH templo de la Agnosis
He aquí tu discípula
Practicando los rituales de la angustia
Cuando naufraga la unidad nacen los ritos
Golosamente vierten sus pócimas de perlas
Sus Ángeles, sus santos sin hoguera.
Imaginé la noche en un ácido eclipse
El cuerpo atormentado por un dolor antiguo
Que alza un ruego eterno
Rogación del instinto
De la matriz más pura
Tanteando milagros en el firmamento.
Y allí abajo la bóveda infinita
El alucinado corazón
Como un Fausto abatido
Esperando no sé que ángel
Antes del buen Mefisto
Solo bajo la noche
En la atmósfera húmeda
De esperadas tormentas
Y al levantar
Los ojos
En actuación soberbia
Cruzaron cuatro relámpagos
Jinetes de los días de nuestro exilio bíblico
Uno rojo, uno negro,
Uno en verdor d e muerte
Y uno efímero y blanco
Que se fuga hacia el pecho
Con el verbo de un Dios
que nunca ha sido.
El solo, atormentado,
cabalgando su pecho en latidos
que hieren
hasta negarle el aire.
Él en todos, el mismo
Ancestral, nuevo y póstumo
Repitiendo así al hombre
en circular deseo.
“¿hasta cuando tardarás en hacer justicia
Y pedir cuentas por la sangre
A los habitantes de la tierra?
Un bíblico clamor en la memoria.
Recrudece el dolor del consuelo perdido.
Coro
Dado el tiempo hubo un templo
al final del camino
en la ruina del siglo
Alto eclipse el consuelo
Honda noche hacia el centro de hielo
su negrura
Llevaba parpadeante
la memoria del fuego
Silencio...
Han callado todas las cadencias:
Desafinan los templos del dios padre
Con los templos de las devastaciones.
Un niño degollado
Por un eterno Herodes
Da a luz la ceremonia del
Bien aventurado
Silencio....
Están llorando
Ante la fosa común
De los desheredados
El niño degollado y el ungido
Y se calma con cifras
La verdad de la infamia
Ah sedante estadística
de los nuevos infiernos
Un correcto silencio
Apunta en su pantalla
A un blanco lejanísimo
Y en la ciudad incierta para
El amo de los pueblos
La sangre remplaza el agua
Aquel inocente oasis
Que una vez pueril e inmenso
Fue esperanza del desierto
CORO
“ Y Hubo, así, dado el tiempo
Un templo hacia la fuga
Cuando es grieta en el pecho el límite de verbo
E inútil la palabra rueda en piedras al río
Que desemboca ignoto en el mar del Leteo
Oceánico espacio de la muerte absoluta”
Sólo queda el Desamparo
En la grieta que abisma
tu último paisaje
Verás que hay otro abismo
No es el odiado vértigo
No es el hielo del salto
que congela el paisaje
de lo amado viviente
Es una rara alquimia que el universo
ofrenda
devenir el espacio enamorando al tiempo
otra forma del cielo
Coro
Dado el templo
Era un día donde callan los cantos
Y las ruinas se duermen en sus columnas ácidas
Y explora en lejanía alguna dulce alondra
La música aprendida en los pasados siglos
“Antes hubo una historia repite
entre las rocas como la voz de Eco
apresada a Narciso
Antes hubo una cuna,
Y en el rito del alba
Yo la alondra naciente
Saludaba el inicio.
Que vengan aquí
Que vengan aquí los que ya han muerto
Las sombras de los sobrevivientes
Los nombres que caminan sin cuerpo
En el olvido anónimos
Bajo las tablas del antiguo teatro
Que vengan aquí
Escépticos de Dios”
Peregrinos de la sed
Insaciable deTántalo
Que vengan aquí
Los desertores
del ejército virtual de la obediencia.
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