Poema asesinado
que se muere de a poco
desgajado en lo íntimo.
DEDICO ESTE PEQUEÑO LIBRO A LOS QUE HAN ELEGIDO LA CANDIDEZ SIN IMPORTARLES LLEGAR A LOS LIMITES DE LA LOCURA.
Quiero decirles aquellos pocos que me lean que: cuando la candidez asume la conciencia del estado de cosas y aún
así elige mantenerse en su original pureza se ha cometido un verdadero acto de rebeldía angélca
Hemos golpeado las piedras
Cuando era sólo, solamente
La urgencia de llorar....
Preliminar
“No me contéis mas cuentos, me sé todos los cuentos”.Los del jerarca ,los del hombre mínimo, custodiado por su pequeño topo:Ese animalito que resiste el sol contra toda evidencia.Sé los mecanismos del sofista,que en cada época pregona una página ineludible.A ellos les dedico pocas palabras:Utopistas sin alma, relativistas del olvido" No me contéis más cuentos". ¿De qué metafísica, de qué lenguaje está hecha la gran orgía moderna?.No sabemos mas que uno y decimos humano, nombramos humano, por no decir una inspiración en cuenta gotas como la que precede a la asfixia.Si ya está hecha la fortaleza,si Babel se ha construido hace miles de años en el sin número del mito, por cierto, no necesitábamos el Muro de Berlín.Hemos golpeado las piedras cuando era sólo, solamente la urgencia de llorar.
“Me sé todos lo cuentos ":Sé del riguroso circunciso.El padre filicida, el que ama su imagen a costa de sus hijos. El que le dijo a Abraham "Sacrifica tu sangre para servir mi nombre”. El que condenó a Job al espejo de su esclavitud.El que forjó al águila que en la noche del mito hiende su pisobre un triste Prometeo.El tanático Zeus, el envidioso Yahvé.O sólo un hijo huérfano que amparó siglos de culpa con una cruz de hielo.Y ahora hermanos míos, no hay nuevos relatos.Ahora hermanos míos somos todos los mitos...Obedientes hijos de algún lenguaje inhóspito,de alguna mirada huérfana que inventó el paraíso a riesgo de un destierro sin desembocadura que nos culpa esta inocente mortalidad que somos.
Omisión
Omisión
Resplandor que en la noche
refleja sobre el agua
memoria de una luna
que daba al infinito:
un alivio de nido
parábola de infancia
en misteriosa esfera
retomaba matices
de un edén ceniciento.
Allí estuvo el milagro,
el hada y su unicornio,
el hacedor de brisas
que secundan las lágrimas...
Qué noche detenida
donde hubo luna, el hueco
venenoso de un ángel
que nunca fue soñado.
Qué soledad de hielo
hiriente con el filo
de un ansiado cuchillo
que dobla sin saberlo
la mano sorprendida
al propio corazón.
Qué invierno en la penumbra
que crepita en los años
el fuego casi extinto
del hacedor de vuelos,
del domador de abismos
y la eterna princesa
que agoniza en su trono
ante el jardín prohibido.
El idioma no alcanza
al dolor que se fuga
de todas las vocales
de todos los sonidos.
De todas los caminos
que trazó la inocencia
como extraña rayuela
de la tierra hacia el cielo.
No me dice esta noche
más que el mudo cansancio
de mi vida sin huellas
De mi canto agotado
de acunarse a si mismo
de la boca hacia adentro
siempre hacia adentro
siempre... en obligada ausencia.
Poema asesinado
que se muere de a poco
desgajado en lo íntimo.