MARTA OLIVERI ESCRITORA
 
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EL OTRO INFIERNO


 El infierno es claro:
un presente extendido
sin testigos ni locos que injurien la cordura.




A los que supieron hacerlo..

El infierno son los demás
Jean Paúl Sartre

 


 

PRIMERA PARTE

Definición


Digo que el infierno
no es el ángel centellando
en su cuna de fuego subterránea.
ni Lilith enredándose en su santa lujuria
ni un Walpurgis que entona sus ángelus oscuros
ni el poeta borracho besando lodazales.

El infierno es la muda consistencia del clero
de esta perfecta historia de escribientes y cínicos
de meretrices bellas en la plástica rueda
de la global codicia
de una eterna “hermosura”
de una eterna injusticia.

Donde el rico ha entrado al reino de los cielos
por el ojo miope de una santa indulgencia.
Digo el infierno es claro:
un presente extendido
sin testigos ni locos que injurien la cordura.


Estado de Latencia

 

Morir es otra cosa

existen subterfugios,

para el pobre cantor de letanías,

una brújula que marca siempre

al norte del naufragio anunciado

y los ojos entornados para imaginar

que nada más que un sesgo final

de azules nos reserva la noche

 

No es así.

 

No es esa la violencia de la pasión que niegas

con impostado ritmo de ajenos instrumentos.

Pero dejas el infierno enterrado en tu sueño

y crees que te arrancas la daga en la vigilia.

Son los ritos del día:

un preámbulo tibio de bella irrelevancia

El crepitar final de la bombilla

la hornalla encendida que espera inacabable

que venga  al fin quien nunca ha de venir.

 

Y el alma  en mansedumbre conversa

con el aire familiar de las cosas

que no le reconocen.

Allí donde no eres ni el punto mínimo

ni el brote inaugural de algún acontecer

ni te demanda el aire un espacio

en su bóveda del cielo hasta la tierra.

¿Que te dicen las calles donde lanzan sus dardos

las miradas esquivas?

Relámpagos  continuos de la humana tormenta

de un odio en vendavales que la costumbre aquieta

en opresivo alerta de una tormenta

que nunca se perturba,

de los odios que abjuran de sus garras

y arañan  día a día el corazón del mundo.

 

Y  es así que  te hielas

de no estar sobre el centro de tu propia violencia.

Y en la daga se siente el hedor de la herida

añejando tu historia hacia el fin de la fibra sensitiva

aquella que aun en el espanto

te hablaba de una vida de posible habitante

de una identidad acariciada y trémula

de una realidad  aún mas bella en lo triste.

 

Morir es otra cosa no un letargo de luces

y tañido en el pecho...

 

Es la menuda gracia de haber

soltado el  sí cansinamente

en el altar de la melancolía.

 

 

 Temor

 

En la mitología del ser y de la nada

Por igual los paisajes

del cielo y del infierno

Son refugios ambos
de contraria inocencia

ante lo inverosímil del abismo.



 

*** 

Soltar la amarra

de la bestia y del ángel.

 

Precipitarse en soledad al devenir:

Esa es la clave.


Arte de vida

 

Decir.

No he partido cuando agrego un cirio a mi memoria.

 

Saber:

Soy un ritual prolongado de celebraciones apócrifas.

.

 

Entender:

La relación de los caminos

red de luz y de sombra al paraíso.

 


                        Senda

 

He decidido el paisaje

de mi destierro

Porque sé del camino

de mi retorno.

 

 
   
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