Plegaria para mi nombre
Sentir la carga de los años sobre mí.
El cuervo invisible ronda
el espacio de un verso
picoteando las palabras
esas chispas del inicio
que integraron el alba
que amaneció a la niña.
Debo herirme de muerte
Hasta la azul nervadura
donde calla el infierno.
OH límpida anestesia
sepárame del mundo
libérame de la asfixia
ah, cumbre de la angustia.
A ti elevo esta plegaria
dulce dios en minúsculas
por el hermano trunco
o el ángel poseído
o el que perdió sus huellas
en la fosa común
de las mutilaciones.
Que en este olvido fatuo
ha nacido otro Judas.
Pero a mí no me ha vendido
un discípulo amante
ni en las peregrinaciones
de mis últimos versos.
No hubo signos
que pudieran ser mis cómplices.
Me ha entregado el silencio:
La omisión absoluta
de los hijos oscuros en mi canal de Luz
El gen arrebatado a la metáfora:
Esa mitología
Inapelable y hueca
donde no hay lugar para el rebelde
y la pauta es el suicidio de lo libre.
En la orgía del vicio de la virtud terrena
Se invocan ceremonias
de nobles tradiciones
Nunca hubo tal destierro
Nunca tal despojo entre los mártires
Tanta muerte libre pregonado sus éticas
Casual es que no muera,
porque he muerto tantas veces
Y me han asesinado
con mansedumbre y mérito
Como sólo asesinan los burgueses
Y los cuervos.
Como sólo asesinan
los detractores del sueño.
Como sólo asesinan
los que jamás murieron
Y en la historia permanecen
con diferente rostro
Dios minúsculo de la compasión
que yo he inventado
salva a la inocencia
de sus garras de hielo.
Líbrame de mi misma
Pon límite a mi infierno
Déjame mecerme una vez más
en el vuelo
Y cántame por último tu réquiem de tibieza
suspendido mi cuerpo ya de gasa y vapores
Y en la ultima noche dame el azul oído
que morir en la música es ver el paraíso.
Déjame ser la luz
El rayo que en las tardes del crepúsculo
dé calor al que sufre
Igual que yo he sufrido
Y alegra aquel que vaga en su angustia de nieve
Relatándole el verbo de un cálido regreso
Plegaria por los sueños
que no habré de tener
Por los sueños sin nombre
aislados del soñante
Por las rejas del alma
donde claman las fábulas
de los desesperados.
Y alguna vez si puedes
Si un niño te esculpe con palabras de inicio
inaugural... lejano
y logres ser tú parte
de los seres que sufren...
Recuerda el viejo sueño
que aún corre en los ríos
de estas tierras heridas
de ignorados gigantes
De filosos molinos,
de vejados quijotes
Apiádate pequeño
de la pequeña vida
de la pequeña muerte
Y no desoigas ya
ni el más mínimo llanto
Cada lágrima es tuya
De ellas nacerás
Molécula a molécula
Para negar tu muerte
Que selló un falso Pedro
en mayúsculos ritos.
Dios de mí
plegaria de las palabras
iniciales e íntimas como sueño
en su cópula
como el abrazo íntimo
que nos damos al limite
de todo el abandono.
Concédeme la paz
en los últimos días
y has crecer el jardín
que he marchitado
si es que verdad lo dicho y...
“En el fondo de todo hay un jardín”