la niña del umbral
En el umbral eternamente
el tiempo detuvo la memoria.
Hay una niña allí:
tiene claros los ojos
remotamente diáfanos.
Pero cruzan su cielo
las nubes de los hornos,
las cruces de los muertos
que morirán mañana.
El gran círculo inunda
su figura de niebla:
es el tiempo que sabe
el futuro en pasado
el presente intangible
el pasado en instante.
Alrededor las cosas
dan la hora del alma.
Un corazón azul
sobre un papel en blanco.
Una mujer anciana
que es su hija futura
la recuerda en su ausencia
con la daga en el puño
y el puñal de un aroma
que será la nostalgia
asfixia ya su pecho
dando fin a la infancia.
“Otros serán los niños”
Alguien dice en la sombra
“Otros los amadores
los reyes de la fuente.”
“Tú serás para siempre
la dicha por los otros
la ausente de sí misma
la que paria del umbral”.
Niña monstruo
Que te den la melancolía como un éter
una marea que suba hasta perderte.
Déjate volar niña monstruo en las noches
con tu cuerpo en relámpago
huyendo de los vivos.
De árbol en árbol
hacia ningún sitio.
Sé tu tormenta en ciernes.
Ofréndate a la furia
Y por piedad al mundo
Has que estalle.